domingo, 1 de junio de 2008

LA NIEBLA Y LOS HORTERAS SIN FRONTERAS


Hola guapos y guapas, he estado unos días ociosa en un spa de Cerdeña con mi amiga Trudi Von Reichtshiffel und der Taxi y la verdad es que no he tenido ni tiempo de escribiros unas líneas entre tanta aromaterapia, masaje chin- tsao, baños de caléndula salvaje y todas estas cosas.

Ayer recién llegué, me llamó by phone Churri, ya sabéis Hierro del Norte, para invitarme a una movie muy top: La Niebla. Una cosa de intriga me dijo y luego resultó una cosa inclasificable, mix de serie B con momentos de reflexión escolástica y monstruitos mosquiteros.

Lo cierto es que sigo insistiendo en la necesidad de acuartelarte en casa los Saturday night. Está visto que es el día de los horteras sin fronteras. Y es que, entre la cola en la taquilla, la cola para las palomitas, la cola para entrar al wc, la cola para encontrar tus asientos y la cola para volver a salir a por más palomitas, todo ello es como la Pasarela Cibeles pero en versión Gran Vía.

¡Uauhh! ¿Dónde se viste esta gente? Zapatitos plastiqueros que tienen que cantarles los juanetes a las nenas ni te cuento, mallas que les sacan callos hasta en ese sitio, sí ese, chamarritas tres euros que te caes y un olor, ¡un olor a perfume de la señorita Pepis! Iba a decir que no sé quién puede ser el suicida que salga con estas joyas, pero igual es al revés porque lo de los machos no tiene desperdicio: pantalones gominolos de estos que se estiran al tobillo, calzoncelos guarrindongos sudadillos, deportivas pumilla con calcetín de agujero, ferreterías colgantes, pelos superglue y un olor, ¡un olor a …, a cómo diría, a Jacques que te mueres de la muerte of the world!

Pero lo peor es la gastronomía hurry-hurry porque ya se sabe, el negocio no está en vender entradas para la movie, sino en los asaltos a mano armada que te meten por un agua, una bolsilla de palomitas o una de chuches. Y, claro, como el personal no es cutre ni nada, se ha aprendido la lección y se lo trae todo consigo. Lo de los pichoncillos que nos tocaron delante no tiene descripción. Nada más empezar la niebla, se sacan la tartera, todo bien envuelto y toma tortilla, seguimos con bocata de calamares, de tercero un poco de casquería para hacer juego con la movie y de postre sandia. Menos mal que escupían las pepitas para arriba y con el aire acondicionado acababan en el moño mondonguero Emy la Tabernera de la chuntera dos filas para adelante.

En fin, que esto de ir al cine se está convirtiendo en un happening total, pagas unos euros y tienes de todo: aromaterapia morcillera, ruidos chunchunrun cris-cras, nañ-ñan, chop- chop, pedillos de la peña, eso sí cuando hay tiros para despistar, degustaciones gastronómicas regionales y todo lo que te puedas imaginar. Mira lo que ya no hay son magreos y es que hasta eso se ha perdido. No me extraña porque para encontrarles las chichis a las niñas estas entre tanto plástico y ferretería hay que ser Indiana Jones.

La verdad es que de la movie no me entere mucho, ni falta que hace. Churri me dijo que no había entendido muy bien el final, pero es normal, acostumbra a perderse después de los anuncios. Y además para qué te vas a enterar de algo si el espectáculo está en el patio, el de butacas claro.

Vuestra Mimi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mimi guapa, cuánto tiempo!
Te has olvidado de los nachos